
Los días en que sopla el viento, la asistencia a la función de Prudence se triplica. Muchos de los asistentes, comparten e imploran para sus adentros el mismo deseo…: Que la brisa consiga introducirse entre las paredes de lona despertando así la bella barba durmiente de Prudence. Si lo consigue, cuentan por ahí, la barba de Prudence ondeará para ellos, sumergiéndoles en un exótico prado atestado de oscuras y prohibidas hierbas aromáticas que al olerlas…lerlas…erlas...ssshhh...